Masonería Mexicana

Bajo los auspicios de la boveda celeste

El Amor Fraternal

A:.T:.D:.L:.V:.Y:.A:.P:.D:.G:.H:.

QQ:.HH:. Todos,

Hoy, nos dedicaremos a reflexionar sobre uno de los pilares fundamentales de nuestra Orden: el Amor Fraternal. Este principio, que resuena a lo largo de nuestros rituales y enseñanzas, no es meramente un sentimiento, sino una fuerza activa que debe manifestarse en nuestras vidas, tanto dentro como fuera de la Logia.

El Amor Fraternal: Un Vínculo que Trasciende lo Mundano

El Amor Fraternal, en el contexto masónico, va más allá de la simple camaradería o amistad. Es un vínculo profundo que une a los Hermanos, basado en el reconocimiento de nuestra común humanidad y nuestra búsqueda compartida de la verdad y la virtud. Como menciona Aldo Lavagnini en su “Manual Del Aprendiz,” la Masonería busca labrar el progreso de la humanidad sobre la triple base de la educación moral, del progreso espiritual y del mejor discernimiento y cumplimiento de nuestros deberes. El Amor Fraternal es esencial para este labrar, ya que nos impulsa a apoyarnos mutuamente en nuestro camino.

Jorge Adoum, en “El Aprendiz y sus Misterios,” nos dice que “el gran objetivo de la Masonería es despertar el poder latente en cada ser y convertir al hombre en Dios consciente de su divinidad sin limitaciones ni dudas.” El Amor Fraternal facilita este despertar, creando un ambiente de apoyo y comprensión donde cada Hermano puede crecer y florecer.

Uso Simbólico en la Logia

En la Logia, el Amor Fraternal se manifiesta en nuestras interacciones diarias. Nos tratamos con respeto y cortesía, nos apoyamos en momentos de dificultad y celebramos juntos nuestros logros. Este amor se expresa también en nuestros rituales, donde nos comprometemos a ayudarnos mutuamente y a velar por el bienestar de nuestros Hermanos. Como se menciona en “Liturgia Primer Grado 1.pdf,” al cerrar los trabajos, se jura tolerancia y amor a nuestros semejantes, así como protección y socorro a nuestros HH., lo que subraya la importancia de este principio.

El “Manual do Aprendiz” de Magister nos instruye que debemos esforzarnos en “tornar-nos verdadeiros maçons,” y esto implica cultivar y practicar el Amor Fraternal en todas nuestras acciones.

Correlación con el Mundo Profano

El Amor Fraternal no se limita a los muros de la Logia; su influencia debe extenderse a nuestra vida cotidiana. En el mundo profano, donde a menudo encontramos divisiones y conflictos, el Amor Fraternal nos llama a ser agentes de paz y reconciliación. Nos insta a tratar a todos con respeto y compasión, independientemente de su origen, creencias o condición social.

El Amor Fraternal nos recuerda que todos somos parte de una misma humanidad y que compartimos un destino común. Nos impulsa a ser solidarios con los que sufren, a defender a los oprimidos y a trabajar por un mundo más justo y equitativo. Nos invita a practicar la empatía, a ponernos en el lugar del otro y a tratar a los demás como quisiéramos ser tratados.

Este principio nos desafía a superar prejuicios y estereotipos, a tender puentes en lugar de construir muros, y a buscar puntos en común en lugar de enfocarnos en las diferencias. El Amor Fraternal nos recuerda que nuestra misión como masones es construir, no solo templos físicos, sino también una sociedad más fraterna y armoniosa.

Conclusión

El Amor Fraternal, QQ:.HH:. Todos, es mucho más que un ideal noble. Es una fuerza viva que debe manifestarse en cada uno de nosotros, en nuestras palabras y acciones, tanto dentro como fuera de la Logia. Es un vínculo que nos une como Hermanos y nos impulsa a ser mejores seres humanos. Que este símbolo nos inspire siempre a practicar el amor, la compasión y la solidaridad en todas nuestras interacciones, contribuyendo así a la construcción de un mundo más justo y fraterno.

Es cuanto.

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