El 26 de marzo de 1826, el Gran Maestro Guillermo Gardett declaró y proclamó a la Gran Logia Nacional Mexicana con el distintivo de “La Luz” por haberse constituido ya sus primeras cinco logias simbólicas: Núm. 1 “Meridiano Anahuacense”; Núm. 2 “Igualdad”; Núm. 3 “Terror de los Tiranos”; Núm. 4 “Despreocupación Indiana” y Núm. 5 “Luz Mexicana”. En 1862, los distintivos variaron a: Núm. 1 “Reforma”; Núm. 2 “Independencia”; Núm. 3 “Libertad”; Núm. 4 “El Orden” y Núm. 5 “Constancia”.
De la Gran Logia Nacional Mexicana “La Luz” parte toda la regularidad de la masonería que se practica en México ya que, debido a la desaparición de las Logias Escocesas y Yorkinas arriba señalada, únicamente el Rito Nacional Mexicano continuó trabajando y después del triunfo de La República sobre el II Imperio (el de Maximiliano de Habsburgo) a partir de 1867, fue “La Luz” quien expidió las Cartas Patente que daban regularidad a las logias que empezaron a trabajar en otros ritos.
“La Luz” sigue trabajando hasta hoy en su sede central de la Ciudad de México D. F. y mantiene bajo su jurisdicción, por ministerio de Ley, además de las Logias del Rito Nacional Mexicano que se encuentran en dicha ciudad, a las logias simbólicas del Rito Nacional Mexicano que trabajan en algún estado de la República Mexicana en el que no exista una Gran Logia, además, expidió cartas patente a logias que se encuentran trabajando en otros países.