SIGNIFICADO DE ORDO AB CHAO; Aunque el propósito original de este Trazado no es histórico, no podremos ubicarnos dentro del acontecer de la masonería del siglo XVIII, sin hacer un breve repaso de sus antecedentes: el primero de ellos lo constituye el discurso que en 1736 pronunció Andrew Michel Ramsey, sosteniendo que «la Masonería había sido creada como instrumento ideológico por los Cruzados en Tierra Santa. Y que la misión de los caballeros masónicos modernos sería la de construir una comunidad universal, regida por Dios, basada en la hermandad y puesta al servicio del bien y de la verdad».
Grados superiores – Ordo ab Chao
Para hacer realidad esta utopía, Ramsey propuso la creación de grados superiores a los tres simbólicos de la masonería inglesa. Fue recién en 1754 que el capítulo Clermon hizo realidad esta propuesta operativa, creando los tres grados de Ramsey. La idea fue adoptada por dos cuerpos, uno denominado Consejo de Emperadores de Oriente y de Occidente y el otro Consejo de Príncipes del Real Secreto, quienes en 1762 instituyeron 25 grados.
Muchos de los integrantes de este nuevo movimiento eran escoceses estuardistas exilados1, por lo que se comenzó a hablar del Rito Escocés de Perfección. En 1762 se promulgaron en Francia sus primeras Constituciones.
Recordemos que la idea inglesa de la masonería especulativa se había extendido lentamente por toda Europa, como un movimiento francamente elitista. La Gran Logia de Prusia otorgó la dignidad de Gran Maestro al Emperador Federico II.
Muchos artistas escoceses que habían ido a integrar su corte, llevaron a Prusia la idea de los grados superiores. Y fue precisamente allí que se promulgaron, en las Grandes Constituciones de 1786.
Supremo Consejo de Inspectores Generales y el Ordo ab Chao
Pasaron algunos años. En 1801, en el puerto americano de Charleston, se fundó el nuevo Supremo Consejo de Inspectores Generales para los EEUU de América. A este Supremo Consejo del Grado 33° se lo consideraría la institución «madre» de todos los Supremos Consejos creados posteriormente.
Para justificar su existencia, las Constituciones, presuntamente firmadas por Federico II, fueron adoptadas como base de su autoridad por el nuevo Supremo Consejo.
Tras esta imprescindible introducción llegamos a la médula de nuestro trabajo. En el artículo 1° del Apéndice de las Constituciones de 1786, se establecen las características del estandarte del Supremo Consejo del Rito Escocés Antiguo y Aceptado.
Aguila Bicéfala o de dos cabezas
Lo más destacado de él es el águila de dos cabezas. Hallazgos arqueológicos demuestran que este símbolo heráldico tiene su origen en la ciudad Sumeria de Lagash, dos mil años antes de la construcción del Templo de Jerusalén. Ya entonces simbolizaba el poder real y se lo denominaba «El pájaro de la tormenta».
Los Cruzados lo trajeron desde Oriente a Europa. Allí se lo asoció con el dios Jano y fue adoptado como símbolo de poder, por los Emperadores de Oriente y Occidente. Carlomagno, en el año 802, simbolizó con el uso del águila bicéfala, la unión de Roma y Germania en su Sacro Imperio Romano. Ya en el siglo XIX, fue el escudo del Imperio austríaco y de la Rusia zarista. Sobre el águila escocesa domina una corona prusiana, como recuerdo de los orígenes de que hablamos.
Dios y mi derecho
El mismo artículo constitucional establece que en el estandarte de la Orden, debajo del águila debe inscribirse la expresión latina Deus meumque jus, «Dios y mi derecho». El origen de este lema se le atribuye a Ricardo Corazón de León, rey de Inglaterra. Cuenta la leyenda que en el año 1198 Ricardo asediaba la ciudad franconormanda de Gisors, de la que se había apoderado el rey francés Felipe Augusto.
La contraseña de sus tropas era «God and my Ordo ab Chao right», «Dios y mi derecho». Habiendo triunfado, adoptó la frase como su consigna permanente. La leyenda en el estandarte de nuestra Orden es, pues, la versión latina de esa contraseña.
Ordo ab Cao / Chao
Por otra parte, en el artículo 2° del Apéndice de las Constituciones se indican las características del escudo (no del estandarte), en el que se hacen otros agregados, entre los cuales una banda con la inscripción Ordo ab cao, (pronunciada así, y no Chao como se escribe): Orden desde el caos o el orden proviene del caos o el orden surge o nace del caos. Una explicación objetiva del sentido que quiso darse a este lema, se encuentra en el preámbulo de las Constituciones: en él se habla de las graves alteraciones que sufría la Orden, del caos que provocaba la proliferación de distintos ritos.
Las Constituciones tendían a «Restituir la unidad de su régimen, de su organización primitiva y de su antigua disciplina». Ordo ab chao. Sin embargo, aún más importante es estudiar este lema, vinculándolo tanto a la concepción simbólica que se encuentra en la esencia de nuestra Orden, como a su contenido esotérico.
Permítanme pues presentar algunas reflexiones sobre una proyección más trascendente del Ordo ab chao.
Biblia
Al comienzo del capítulo primero del libro del Génesis de la Biblia, leemos: «Ve ba aretz haitá tou va bou, ve joshej al pnei teom»2. Y «Tou va bou» es precisamente «caos»: «Y la tierra era caos y oscuridad sobre los abismos».
Pero, el espíritu de Dios se cierne sobre las aguas y entonces: «Ve iómer Elohím iehí or, ve iehí or»… Y dijo Dios hágase la luz y se hizo la luz. Fiat Lux. ¿Recuerdan nuestra ceremonia de Iniciación? Ella no solamente sumerge al candidato en el profundo significado de la tradición bíblica, sino que lo une a una cadena de dualismo esotérico que se remonta a los orígenes del hombre.
Zoroastro
También cuando Zoroastro, el mago persa, hizo sus planteamientos monoteístas, no pudo abstraerse de las raíces milenarias que alimentaban su nueva religión: los dos hijos gemelos de su dios, Ahura Mazdah, se enfrentaban en una lucha eterna, porque uno de ellos eligió el camino del bien y el otro el del mal. Eran los precursores del hombre. Este también gozaría de un libre albedrío para elegir entre la luz y la oscuridad, la verdad y la mentira, el cielo y los infiernos, el orden y el caos.
Grecia
El primer desarrollo de la filosofía griega tiene precisamente sus raíces en las tradiciones religiosas de oriente. Tales de Mileto y sus primeros continuadores eran en realidad científicos que buscaban una explicación de los fenómenos naturales. Pitágoras, Sócrates, Platón y Aristóteles aportaron el elemento racional que desprendería definitivamente a los griegos de su fuerte sentido mítico. En su período helenístico, el pensamiento grieo comenzó a recibir la influencia de un nuevo movimiento doctrinal: era la filosofía del mítico Hermes Trimegisto3 que tuvo una profunda influencia en la filosofía de Grecia y Roma en los primeros años del cristianismo. Las invasiones bárbaras sumieron a toda Europa en el oscurantismo medieval, del que resurgiría purgado y brillante en el Renacimiento. Y en él, los humanistas harían renacer la filosofía hermética, que se convertiría en uno de los elementos más influyentes en la formación de la cultura occidental.
Hermetismo Y Caos
Ahora bien: la idea masónica especulativa nació informalmente en el siglo XVII, alimentada por el espíritu humanista. Y a través de los humanistas nuestra Orden conoció, adoptó y desarrolló el hermetismo. El racionalismo que actualmente domina nuestras columnas hace que, muchas veces, olvidemos las enseñanzas del Trimegisto («tres veces grande») Hermes. Pero hoy nos permitiremos aplicarlas, – en un muy breve análisis de lo que denominamos «el caos hermético», – a descubrir cómo en la antigua doctrina, podemos encontrar un camino para conocer la relación entre el orden y el caos. Ordo Et Chao.
Principio de Polaridad
El Principio de la Polaridad de la filosofía hermética enuncia: «Todo es doble. Todo tiene dos polos. Todo tiene su par de opuestos. …Los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado. Los extremos se tocan….» Aceptemos este principio como una simple tesis que nos permita pensar que el Orden y el Caos son dos extremos de una sola realidad.
Enfrentemos a esta tesis con su antítesis: que orden y caos no son dos extremos de una misma realidad. Y busquemos ahora entre esta tesis y la antítesis que la niega, una síntesis que nos muestre al mundo como un complejo de orden y desorden. Y, volviendo a nuestra Biblia, podremos concluir que cuando Dios sustituyó el Tou Va Bou original, pudo hacerlo porque ya en ese caos existían los elementos que podrían ser ordenados.
Claro, estas son simple elucubraciones. Pero lo que no son elucubraciones, son los descubrimientos de filósofos, matemáticos y científicos respecto al orden dentro del caos: Ordo ab chao.
Pitágoras
Ya en la época de Pitágoras, se descubrió la Proporción Aurea, que permitió entrever el orden universal. Hay quien dice que la Proporción Aurea ya era conocida en el antiguo Egipto. Pero ¿qué es la Proporción Aurea? Es la relación entre las medidas del cuerpo humano; es la armonía entre las medidas de las construcciones arquitectónicas; es la coherencia en el crecimiento de las plantas; es la secuencia con que se ubican las hojas en un tallo o el orden en la ubicación de las protuberancias de una piña o de las caracolas marinas.
Todos siguiendo los cánones marcados por el número irracional FI, 1, 61803…etc. Desde entonces hasta hoy, astrólogos y alquimistas primero y miles de científicos después, fueron develando los misterios de la naturaleza, hasta que en el siglo XIX se encontraron con barreras que parecían infranqueables.
Teoria de la Relatividad
Había zonas sin orden, caóticas e inexplicables. Y en el siglo XX, comenzó la nueva revolución: Einstein en su Teoría de la Relatividad nos enseñó que ningún objeto puede adquirir la velocidad de la luz y que cada observador tiene su medida del tiempo. Por lo tanto, todo es relativo. Se nos ocurrió pensar que Einstein volvió a las fuentes y encontró en sus ecuaciones la verdad de Protágoras: «El hombre es la medida de todas las cosas».
El descubrimiento posterior de los principios de la mecánica cuántica provocaron un nuevo salto geométrico del progreso: con su estudio se reveló que cada partícula es un microcosmos que parece comportarse caóticamente, hasta que el sabio descubre su código. Y hoy, en el tercer milenio, ya nos lanzamos hacia nuevos desafíos: la revelación del genoma humano, con lo que la incógnita de la creación del hombre encontrará su respuesta y la Teoría del Caos, que pretende demostrarnos cómo el desorden que aparece en los fenómenos de la naturaleza cuando se los observa de acuerdo a principios lineales, se explican si se aplica la regla fractal.
Lógica Universal
Por lo que, dicen los científicos de la nueva era, el futuro nos permitirá llegar a comprender la lógica universal. Pronto llegará el día en que concluyamos que el caos no existe. Que es solamente un error de observación o una muestra de nuestra ignorancia de las leyes. Será entonces cuando la humanidad tendrá el privilegio de cambiar su lema de Ordo Ab Chao, orden que nace del caos, por el de Ordo Supera Chao, el orden por encima del caos. Y dado que «como arriba es abajo», en nuestro pequeño universo personal también veremos cómo de nuestra piedra bruta y caótica, el vicio y la ignorancia caerán bajo el cincel de la virtud y la verdad.
Que así sea!