Hermanos:
cuando vayan mal las cosas
como a veces suelen ir;
cuando ofrezca tu camino
sólo cuestas que subir;
cuando tengas poco haber
pero mucho que pagar;
y precises sonreir
aún teniendo que llorar;
cuando el dolor te agobie
y no puedas ya sufrir…
descansar, acaso debes,
¡pero nunca desistir!
Tras las sombras de la duda,
ya plateadas, ya sombrías,
puede bien surgir el triunfo,
no el fracaso que temías.
Y no es dable a tu ignorancia
figurarte cual cercano
puede estar el bien que anhelas
y que juzgas tan lejano.
Lucha pues por más que tengas
en la brega que sufrir
cuando esté peor todo. Hermano
¡Más debemos insistir!